Hola, me llamo Marie y soy voluntaria de un colegio Marista de Alemania. Desde agosto de 2018 vivo aquí en Villavicencio y me voy a quedar aquí hasta fin de mayo, así que mientras tanto ya han pasado 7 meses de mi estancia y el tiempo pasa volando.
Antes de mi partida no tenía realmente ideas concretas de cómo serían los siguientes 9 meses para mí. Por supuesto, quería vivir muchas experiencias, conocer otra cultura, estilos de vida y participar en una nueva comunidad, pero no sabía que tareas me correspondían exactamente y que me esperaba cotidianamente en un país tan diferente al mío.
Afortunadamente, la gente de aquí me recibió muy abierta y cordialmente, así que pude adaptarme muy rápidamente y me sentí muy cómoda aquí después de poco tiempo.
Actualmente vivo con 3 Hermanos Maristas en una comunidad cercana a la I.E. Champagnat Pinares de Oriente en el Barrio Porfía. Mi trabajo voluntario se desarrolla principalmente en este colegio. Al colegio asisten más de 1.400 alumnos desde Transición hasta el grado 11. Desde el primer día me sentí muy cómoda allí, hay un ambiente relajado y tanto el personal como los estudiantes me recibieron muy calurosamente. Como voluntaria en el colegio hay muchas posibilidades de participar en la rutina diaria. Relativamente rápido supe que me gustaría pasar tiempo con los niños más pequeños y ahora estoy mayormente en la mañana con grado Primero o Transición.
Pero, ¿cómo es un día de trabajo típico para mí? El colegio comienza todos los días a las 6 de la mañana. Los niños son recibidos, hay oración, canciones. Donde recibo los primeros abrazos. Después vamos a los salónes y yo acompaño a la profesora del salón durante las clases. Hay por lo menos 40 niños en cada clase, por lo que ambas estamos ocupadas todo el tiempo. Así que preparo diferentes cosas, juego, hago manualidades o canto con los niños. A menudo dirijo algunos grupos pequeños o me ocupo de una estación propia del aprendizaje basado en proyectos, enseño a los niños unas palabras en inglés o les cuento algo sobre Alemania. También me ocupo de los estudiantes con dificultades de aprendizaje de forma más intensiva y poco a poco reviso las tareas con ellos. Al principio, el cuidado de los grupos era un pequeño desafío para mí, porque aunque tenía 3 años de clases de español en mi colegio en Alemania, la realidad es muy diferente. Así que de alguna manera tuve que intentar comunicarme con ellos. Relativamente rápido, sin embargo, noté que los niños se divirtieron mucho explicándome palabras y expresiones, lo que me ayudó mucho en mi aprendizaje. Así que siempre hay algo que hacer y aunque a veces es agotador, realmente he llevado a los niños a mi corazón y me encanta pasar tiempo con ellos.
Trabajar con los más pequeños es a la vez desafiante y gratificante. Aprendí mucho sobre los niños y sus derechos. Antes no estaba segura de si quería trabajar en una profesión así, pero ahora sé exactamente lo que quiero hacer. Gran parte de mi experiencia en Colombia también ha sido que la gente me ha dado respeto, amor y paciencia, los cuales considero esenciales en cualquier ambiente de trabajo. Me encanta ver cómo progresan los niños y tratan con diferentes preguntas. Aunque al principio no sabía mucho de su idioma y se dieron cuenta de que yo no era de su país, pude desarollar una muy buena relación con ellos, lo que hizo que mi trabajo aquí fuera tan hermoso. Eso sólo hará más difícil decirles adiós en dos meses.
Por la tarde tengo tareas diferentes cada día. El año pasado, los lunes por la tarde, acompañé a un grado décimo a clase a practicar inglés, y con grupos más pequeños, por ejemplo, mantuve conversaciones en inglés y traté de motivarlos para que hablaran inglés. Como esto me gustó mucho, quise involucrarme un poco más con este idioma y por lo tanto empecé a tener conversaciones individuales con los estudiantes, con este ejercicio quiero tratar de quitarles el miedo a hablar en otro idioma y enseñarles lo importante que es el inglés hoy en día. Los martes, miércoles y jueves ayudo con la „Clase de apoyo“ de grado Primero. Allí puedo ocuparme más intensamente de los estudiantes que mäs lo necesitan para repasar de nuevo el material no comprendido y practicar.
Estas son mis principales tareas en el colegio, por supuesto que también hay otras tareas más pequeñas y varios proyectos. Por ejemplo, durante las vacaciones ayudaba regularmente en la administración y en la secretaría, ayudaba con las matriculas, y recientemente participaba en la mayoría de las convivencias de los diferentes grados del colegio.
Los viernes por la tarde hay grupos pastorales en el colegio, donde yo también estoy participando. Acompaño al grupo Amigos en Marcha, donde hay niños de 6º a 8º .Los animadores preparan juegos para los grupos, rezan y cantan con los jóvenes y enseñan los valores Maristas.
Al reflexionar sobre mi tiempo aquí, no debemos olvidarnos de mencionar lo que significa para mí venir a Colombia con los Maristas. Estoy orgullosa de formar parte de esta familia marista mundial. En mi tiempo aquí he aprendido tanto sobre nuestra comunidad que nunca antes me había dado cuenta de su gran impacto en mi tiempo como estudiante.
Por ejemplo, hay encuentros regulares entre los diferentes colegios Maristas en Colombia y hay mucho intercambio, que fue nuevo y para mí también una experiencia muy bonita, porque aunque hay 4 colegios Maristas en Alemania, lamentablemente los alumnos no se conocen. Recientemente también me daban la oportunidad de asistir a la Escuela de Líderes en Armenia, lo cual fue una experiencia realmente significativa para mí.
El hecho de haber solicitado un servicio voluntario en Villavicencio fue una de las mejores decisiones que pude haber tomado por mí misma. Conocí a personas muy hermosas y pude aprender muchísimas cosas. Se lo recomiendo a cualquiera que tenga la oportunidad de tener tal experiencia. Espero que más jóvenes maristas tengan la oportunidad de hacer voluntariado en el extranjero.
Estoy muy agradecida de representar a los Maristas alemanes aquí en Colombia y aunque mi tiempo se acabará en dos meses, la gente de aquí siempre tendrá un lugar especial en mi corazón y nunca los olvidaré. Se ha convertido en un segundo hogar para mí y no quiero imaginarme lo que será tener que despedirme de todos los que están aquí, aunque naturalmente estoy feliz de volver a ver a mi familia y a mis amigos en Alemania. Estoy muy agradecida por todo lo que he podido experimentar aquí hasta ahora y por lo que me espera.
Marie, Marzo 2019